Isaac Fernández Blanco y la Casa Fernández Blanco
Durante su larga estancia en Europa, Isaac Fernández Blanco (1862-1928) encausó su vocación de coleccionista con la adquisición de instrumentos musicales antiguos. A su regreso a Buenos Aires, encargó en 1901 al gran arquitecto noruego Alejandro Christophersen la ampliación y remodelación de la casa familiar, donde fundó el primer museo privado en la Argentina abriendo las puertas de su propia residencia, en la que hoy es considerada la única mansión de estilo ecléctico de fines del XIX que queda en el viejo barrio sur de Monserrat y con caracteristicas de palacete neorrenacentista.
Pronto sus salones fueron invadidos por los objetos rescatados del acervo familiar, tales como, abanicos, peinetones, documentos, retratos del período federal, etc. El entusiasmo lo llevó a recorrer el territorio del norte argentino y Bolivia, conformando la mejor colección de platería colonial sudamericana del siglo XVIII y argentina del siglo XIX que se conociera hasta ese momento. Desde entonces abrió su casa en horarios especiales para visitantes y, en septiembre de 1921, decidió hacer de ella el primer museo privado de Argentina. Al año siguiente, tras una venta simbólica de la casa a la comuna de la ciudad, entregó la totalidad de su colección, bajo la condición de que el museo llevase su nombre. A su muerte, en 1928, el museo contaba con más de 9.500 piezas.
Este proyecto actual de remodelación, puesta en valor y reconversión en museo de la CFB, se encarga de difundir colecciones y las artes aplicadas de los siglos XIX y XX.
Actualmente se exhibe la Colección de Muñecas y juguetes antiguos (1870-1940) Donación Mabel y María Castellano Fotheringham, y las nuevas salas de exhibición patrimonial “La ciudad a la moda”, “El gran comedor”, “El cuarto de las damas” y “La educación patriótica”.